www.nexotrans.com
Los fabricantes de camiones piden relajar objetivos de emisiones en Europa
Ampliar

Los fabricantes de camiones piden relajar objetivos de emisiones en Europa

La organización ambiental advierte de que suavizar estos objetivos supondría un grave retroceso tanto para el clima como para la industria

martes 04 de noviembre de 2025, 07:00h
Los principales fabricantes de camiones europeos piden a la Comisión Europea relajar los objetivos de emisiones, argumentando dificultades para alcanzarlos. Organizaciones como Transport & Environment advierten que esto podría retrasar la transición hacia camiones de cero emisiones y favorecer a competidores chinos, generando incertidumbre en el sector.

Una carta enviada por los seis mayores fabricantes de camiones europeos Scania, Man, Volvo Trucks, Daimler, Iveco y Ford Trucks a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha generado polémica en Bruselas. Según la organización Transport & Environment (T&E), el objetivo del documento es “retrasar la transición de Europa hacia camiones de cero emisiones”, una petición que podría debilitar los compromisos climáticos del continente en materia de transporte pesado.

Un intento de frenar la descarbonización del transporte

De acuerdo con T&E, el contenido de la carta busca rebajar los objetivos de reducción de emisiones fijados por la Unión Europea para los próximos años. Actualmente, la regulación europea establece una reducción del 45 % para 2030, del 65 % para 2035 y del 90 % para 2040, en comparación con los niveles de 2019.

La organización ambiental advierte de que suavizar estos objetivos supondría un grave retroceso, no solo para el clima, sino también para la industria europea. “Retroceder en los objetivos ya acordados crearía incertidumbre de inversión para la infraestructura de carga y haría perder competitividad a los fabricantes europeos frente a los chinos”, afirmó Stef Cornelis, director de carga y flota de T&E.

Cornelis añadió que la postura de los fabricantes está “creando incertidumbre para el sector energético y logístico”, al tiempo que subrayó la paradoja del argumento industrial: “La falta de infraestructura de carga es el principal cuello de botella, pero ¿cómo esperan que las compañías eléctricas inviertan si ahora los fabricantes dudan de sus propios compromisos?”.

'No se trata de que los objetivos estén equivocados, sino de que serán muy difíciles de alcanzar'

Por su parte, Reuters informó que el CEO de Scania y del grupo TRATON, Christian Levin, defendió la postura de los fabricantes, asegurando que “no se trata de que los objetivos estén equivocados, sino de que serán muy difíciles de alcanzar”.

Levin, también presidente de la junta de vehículos comerciales de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), añadió:

Lo mejor sería eliminar estas estúpidas multas a la industria y forzar a todos los actores del sistema a colaborar mediante incentivos o sanciones”.

Aunque muchos fabricantes aseguran estar en condiciones de cumplir los objetivos de 2025, la preocupación se centra en las metas a medio y largo plazo, especialmente las fijadas para 2030 y 2040. Las compañías sostienen que los elevados costes, la falta de infraestructura de recarga y las condiciones del mercado dificultan la transición hacia una flota completamente eléctrica.

Riesgo de pérdida de liderazgo frente a China

Para T&E y otros observadores del sector, cualquier relajación en los objetivos europeos podría favorecer a los fabricantes chinos, que avanzan con rapidez en la electrificación del transporte pesado. “Cuanto más Europa retrase su transición, mayor será el riesgo de perder el mercado ante los competidores asiáticos”, advirtió Cornelis.

El debate llega en un momento crítico, con la Comisión Europea preparando la revisión de los objetivos de emisiones de CO₂ para vehículos pesados, un proceso clave para determinar el ritmo de descarbonización del transporte en la próxima década.

La carta de los fabricantes ha reavivado el debate entre la urgencia climática y la viabilidad industrial, poniendo de nuevo sobre la mesa una cuestión clave para el futuro de Europa: ¿podrá la industria automotriz mantener su competitividad sin ralentizar la transición ecológica?