Esta primera fase, que concluirá en marzo de 2011, incluye un conjunto de reformas encaminadas a ofrecer a los madrileños el mejor servicio, indica el Consorcio Regional. Una vez finalizada la primera fase, podrán dar comienzo las obras previstas en la segunda fase del proyecto de remodelación y que prevé la separación física entre la zona de espera de los viajeros y la de los autobuses, una fórmula que ya está implantada en otros intercambiadores de la capital.
La primera fase, que ahora se inicia, contempla la mejora de la extracción de humos para permitir una menor afección a las viviendas cercanas; sustitución de las escaleras mecánicas y la construcción de siete nuevas escaleras de emergencia; remodelación del área comercial de los niveles -1 y -2; y ampliación del vestíbulo de Metro, trasladando el cuarto de control para dejar un espacio más amplio para los viajeros que acceden desde el suburbano.
Segunda fase en 2011
El proyecto general planteado por el Consorcio Regional de Transportes incluye, además, una segunda fase donde se llevará a cabo la remodelación de la arquitectura, con el cerramiento con mamparas de las islas de autobuses para, al igual que en el resto de intercambiadores, lograr una separación entre la zona de espera de los viajeros y la de los autobuses, con aislamiento térmico y acústico.
Este intercambiador de Avenida de América, con 36 dársenas y 47.850 m2 de superficie, es utilizada diariamente por 215.000 viajeros de 13 líneas interurbanas de autobús, 12 de la EMT y cuatro de Metro, además de las de largo recorrido. Cuenta con un aparcamiento público de 392 plazas para residentes y otras 253 de rotación.