El objetivo último del proyecto, en el que también participan cuatro empresas (Isotrol, Mansel, Conacon y EMT Málaga) y tres entidades de investigación (Circe, Universidad de Málaga y Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía), es dotar a los autobuses de la ciudad malagueña de autonomía suficiente como para que circulen gracias a la electricidad sin modificar sus tiempos de operación y facilitando la carga de las baterías de los vehículos.
Gracias a las cargas parciales, la autonomía del autobús eléctrico mejora frente a los vehículos que únicamente son cargados en cocheras al finalizar la jornada, lo que aumenta la rentabilidad y eficiencia. Además, la tecnología inductiva consigue reducir el volumen y peso de las baterías, disminuyendo su coste de modo sustancial.
21 meses y 3,7 millones
La prueba piloto de 'Victoria' comenzará en Diciembre y se desarrollará durante 21 meses. Contará con un presupuesto total de 3,7 millones de euros financiados en buena medida con los la Unión Europea y la Junta de Andalucía y convertirá a Málaga, tal y como han informado los entes que gestionan la iniciativa, "en un laboratorio real del proyecto, mediante un autobús eléctrico que cubrirá la línea 16 de la ciudad".
Y es que, para la puesta en marcha de Victoria, se modificará un autobús urbano 100% eléctrico para equiparlo con un novedoso sistema de triple modalidad de carga: recarga en las cocheras de modo convencional durante la noche (mediante puntos de recarga); cargas parciales en una estación de recarga inductiva estática; y cargas parciales en un carril de recarga inductiva dinámica.
Gracias a ello, la ciudad andaluza se convertirá en la primera española que cuenta con un prototipo de movilidad sostenible incorporado también al transporte público urbano.