¿Qué balance puede realizar del año 2022 y del primer trimestre de este ejercicio?
En líneas generales, 2022 fue un buen año, a pesar de que contó con un entorno muy complicado e inestable. Hemos liderado el segmento de rígidos y también el de vehículos de aproximación de obras, incrementando nuestra facturación por encima de las 12 toneladas en un 15%. A esto se suma que, en el segmento de Ligeros, hemos mantenido nuestra cuota en un mercado que ha bajado un 9%. La marca, siempre de la mano de su red, sin la que no hubiera sido posible todo esto, ha trabajado bien, desde la fábrica hasta la atención y el servicio para ayudar a los clientes.
¿Cuáles son las razones de ese incremento de cuota?
Por el buen trabajo de la red y de la fábrica. Hemos intentado buscar esa unión para dialogar y reflexionar, equilibrando todas las acciones. Hemos privilegiado a la red en todo momento, con soluciones adaptadas a cada cliente, ampliando los plazos de los usados, mejorando los contratos de servicio (+50% de los vehículos cuentan con una solución de este tipo, incluso los seminuevos) y la disponibilidad de las piezas de recambio. Creo que hemos puesto todas las acciones disponibles en marcha para proponer una solución a cada cliente para que pudiera trabajar.
Soluciones y electromovilidad marcarán el camino, pero siempre contando con las personas
Y, de cara a este 2023, ¿cuál es su previsión?
Hemos tenido un Q1 muy fuerte, en línea con 2022 y en todos los segmentos. Además, estamos lanzando nuevos productos, con gran satisfacción por cumplir con la promesa de reducción de consumo de la T-Energy 10. El resto del año es un reto, aunque quizá con objetivos diferentes respecto al pasado. Hacer previsiones es cada día más difícil, aunque preveo un mercado estable (a pesar de que a marzo está creciendo). La inflación debería notarse, pero hasta ahora eso no ha pasado. En cualquier caso, el parón de 2020, año en que estuvimos algunos meses sin fabricar nada, aún no lo hemos superado. Es posible que la demanda baje un poco y tendamos a un mayor equilibrio. En este escenario, el objetivo de cuota es complicado, porque depende de la capacidad de cada fabricante. Nosotros tendremos más cantidad de producto, pero supongo que los demás también. No veo muchos cambios en este sentido. Nos mantendremos, siguiendo esa posición sostenible que defiendo desde que llegué al cargo, tanto para la marca, como para la red y los clientes. Para ello, soluciones y electromovilidad serán las claves, sin olvidar a las personas, por supuesto. En momentos de cambio, las personas son las que hacen posible el entendimiento con el cliente.
Al haber menos producto disponible, ¿se presta más atención al área de servicio?
En efecto. Es esencial disponer de datos fiables para adecuar la oferta. Tenemos actualmente más de 2.700 camiones conectados con Predict, una cifra que crece cada día. Además, ya está disponible para cualquier tipo de vehículo y gama, sean nuevos o seminuevos. Damos información a los clientes para que puedan tomar decisiones inmediatas. Incluso se monitorizan más componentes. El 80% cuenta, además, con Optifleet, que también incorpora nuevas funcionalidades para que todas las operaciones estén más monitorizadas y controladas. Creemos en el alquiler, una opción muy interesante y ágil para adaptarnos a los cambios del mercado. Los camiones eléctricos también incorporan esta oferta. Pero, de nuevo, todo esto también se hace a través de personas. Vivimos un momento de revolución energética, y tenemos que acompañar al mercado.
'Economía circular: por cada nuevo que no tengamos que producir, ahorraremos 14 toneladas de CO2'
Euro 7 y los nuevos límites de emisiones en Europa. ¿Es tan negativa para los fabricantes como apuntaba Acea?
Las normas Euro han sido siempre muy positivas. Gracias a ellas, hemos llegado al actual nivel de emisiones de nuestros motores. Lo que sucede ahora es que, desde nuestro punto de vista, no hay que mejorar, sino eliminar esas emisiones. De ahí nuestra decidida apuesta, como Grupo, con el compromiso de ser neutrales en 2050. Para ello, la única vía de eliminar el CO2 y reducir el NOx es la electrificación. Es contradictorio querer eliminar y, a la vez, invertir en una tecnología que no elimina. Emite menos, pero sigue contaminando.
¿Europa se está dando 'un tiro en el pie' en ese sentido?
Lo que hay que hacer es descarbonizar. El planeta lo necesita y espera nuestra respuesta. Somos parte del problema en cuanto a emisiones, y también debemos serlo de la solución. La estrategia que hemos puesto en marcha para ello tiene tres patas: mejorar la eficiencia de los productos diésel, porque es el producto más demandado y mayoritario; trabajar en la economía circular y darle una segunda vida útil de calidad a los camiones (si ampliamos la vida de un camión, podríamos no tener que fabricar tantos. Por cada nuevo que no tengamos que producir, ahorraremos 14 toneladas de CO2); y el tercer eje es la electromovilidad, una solución 100% libre de emisiones. Esto es muy claro.
