Se alquilan para acontecimientos y celebraciones
Este último, que según los datos de sus propietarios es el único de este modelo que se conserva en la actualidad, diferenciaba tres clases. La tercera contaba con 20 plazas en el techo y estaba ocupada por pasajeros que eran los que tenían que bajarse a empujar el autobús en caso de que éste no pudiera subir una cuesta. Entre ellos también habrá otros originales vehículos desde la década de lo cuarenta hasta los ochenta. Algunos eran autobuses de lujo adelantados a su tiempo y con extras de la época, como floreros de porcelana pintada a mano en la parte central del parabrisas, butacas en moqueta, reloj para viajeros, equipo de radio con micrófono o cristales alpinos que permitían una visión panorámica.
Otros también fueron pioneros. Entre ellos un vehículo de reducida dimensión que se presentó en el Salón de Ginebra de 1955 como el primer autobús compacto y cuya lujosa estética y gran superficie acristalada lo convirtió en el preferido de las compañías chárter y de los primeros turistas europeos de la época; o un modelo de 1968 muy completo, con butacas reclinables y desplazables, calefacción, revisteros, suspensión independente delantera o equipo de música con dos micros. Además de por sus características y equipamiento, algunos también destacan por los viajeros que lo ocuparon, como equipos de fútbol o empresarios saudíes; o por sus primeros propietarios, entre los que figuran el parque móvil de Ministerios de Madrid o Iberia Líneas Aéreas Españolas.
Algunos se dedicaron al largo recorrido tanto por España como realizando viajes a Francia, Portugal, Italia o Países Bajos, mientras que otros prestaron servicio en líneas regulares y ruta escolar.
Autobuses de película
Estos vehículos pueden circular y en muchos casos se alquilan para acontecimientos y celebraciones, participando algunos en reconocidas películas como Palmeras en la Nieve o A Esmorga; en series como Velvet o Dalia a Modista; o en anuncios publicitarios o eventos promocionales de entidades como la Once o Bimba y Lola. Estos magníficos vehículos pertenecen a seis empresas que han dedicado mucho tiempo, esfuerzo e ingenio para restaurar estos autocares, convirtiéndolos en auténticas joyas sobre ruedas. Son de Empresa Cuiña y Transportes Mosquera (ambos del grupo Autocares Rías Baixas), Autocares Lázara, Autocares Meijide, Empresa Lázara y Autocares de Santiago.