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Movilidad y emisiones: El sector que no ha disminuido su huella de carbono

Movilidad y emisiones: El sector que no ha disminuido su huella de carbono

En la Unión Europea, los coches nuevos emitieron 108,2 gramos de CO2 por kilómetro el año pasado

miércoles 22 de mayo de 2024, 07:00h
El Protocolo GHG divide las emisiones de gases en tres categorías: alcance 1 (emisiones directas), alcance 2 (emisiones indirectas por energía comprada) y alcance 3 (otras emisiones indirectas). En la Unión Europea, los coches nuevos emitieron 108,2 gramos de CO2 por kilómetro el año pasado. La movilidad representa una cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la UE. La huella de carbono incluye no solo las emisiones del motor, sino también las derivadas de la fabricación, transporte y ventas del vehículo.

El Protocolo GHG es el método más comúnmente utilizado para medir la huella de carbono. Este método divide las emisiones de gases en tres categorías. La primera categoría, alcance 1, se refiere a las emisiones directas causadas por el consumo de combustibles por parte de una empresa u organización. El alcance 2 incluye las emisiones indirectas derivadas de la energía comprada. Por último, el alcance 3 agrupa todas las demás emisiones indirectas a lo largo de la cadena de valor.

Entran en juego los alcances 1, 2 y 3

El año pasado, cada uno de los coches nuevos registrados en la Unión Europea emitió 108,2 gramos de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro. No parece mucho a simple vista, pero cuando comenzamos a multiplicar, nos damos cuenta de la magnitud del problema. En las carreteras de la UE circulan más de 250 millones de turismos, los cuales recorren en promedio 12.000 kilómetros al año. Además, debemos tener en cuenta las furgonetas, camiones y otros medios de transporte que funcionan con combustibles fósiles.

Hay que ponerse las pilas

Según la Agencia Europea del Medioambiente, aproximadamente una cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) de la UE se deben a la movilidad de personas y mercancías. Esto implica que esta actividad está vinculada a la producción de menos de 1.000 millones de toneladas al año. De hecho, es el único sector en el que los veintisiete no han conseguido disminuir su huella de carbono en los últimos años.

En general, cuando hablamos de emisiones, nuestra mente se dirige automáticamente hacia la imagen de humo saliendo de los tubos de escape o las chimeneas. Y en cierto sentido, esto es correcto. Sin embargo, el concepto de huella de carbono abarca mucho más que eso. Según el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, la huella de carbono incluye "la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto por un individuo, organización, evento o producto".

Cuando se considera el impacto climático del turismo bajo esta definición, no solo se debe tener en cuenta las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero generados por el motor. También es importante considerar las emisiones derivadas de la fabricación del vehículo y sus componentes, así como la energía consumida por las oficinas de la empresa. Además, se deben considerar los desplazamientos necesarios para el transporte de las piezas y del vehículo, así como los viajes realizados por los agentes comerciales que vendieron el automóvil. En este sentido, entran en juego los alcances 1, 2 y 3.