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Movilidad eléctrica: necesidad práctica más que ambiental en España
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Movilidad eléctrica: necesidad práctica más que ambiental en España

Las empresas españolas están impulsando la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos, con el 91% activando estrategias propias

lunes 09 de junio de 2025, 07:00h

En un contexto donde la transformación del transporte es clave para alcanzar los objetivos climáticos, las empresas españolas han decidido no quedarse esperando a que llegue la solución desde fuera. Lo han dejado claro: si no hay suficientes puntos de recarga, los pondrán ellas. Según el último Arval Mobility Observatory, el 91% de las compañías en España ya ha puesto en marcha o está a punto de activar su propia estrategia de recarga para vehículos eléctricos.

Una decisión que va más allá de la sostenibilidad por compromiso. Se trata de una respuesta pragmática y estratégica ante una de las principales barreras del vehículo eléctrico (BEV): la percepción de una infraestructura insuficiente. El 54% de las empresas ya ha instalado, o lo hará en un año, puntos de recarga en sus instalaciones. Y casi la mitad (43%) también ayudará económicamente a sus empleados a instalar cargadores en casa.

La movilidad eléctrica, más una necesidad que una moda

A diferencia de lo que ocurre en otros países europeos, donde el motivo principal para electrificar las flotas es el medio ambiente, en España pesan más los factores prácticos y de negocio. Las empresas señalan como impulsores principales la reputación corporativa (29%), la circulación por zonas de bajas emisiones (27%) y la anticipación a normativas futuras (26%). Curiosamente, las razones ambientales solo convencen al 24%, mientras que en Europa esa cifra sube al 36%.

Los datos revelan también una cierta moderación en el ritmo de transición energética. Este año, el 57% de las empresas usa energías alternativas como híbridos enchufables, híbridos eléctricos o vehículos 100% eléctricos, una cifra similar a la media europea. No obstante, la intención de aumentar esa presencia ha bajado: en 2024 era del 87%, y este año cae al 71%.

El retroceso más notorio se ha dado en los híbridos, que caen del 63% al 49%, aunque siguen siendo los más populares. Para los vehículos totalmente eléctricos, la previsión es que alcancen el 20% de las flotas en los próximos tres años, tanto en España como en Europa.

Movilidad segura y centrada en las personas

Más allá de la electrificación, la seguridad al volante se ha convertido en la prioridad número uno para los gestores de flotas. La formación en conducción eficiente y segura lidera los servicios más demandados por las empresas, un interés que no es casual: el 19% de los usuarios de vehículos corporativos sufrió algún incidente o roce en 2024, un punto más que el año anterior.

Y en el centro de esta evolución, está el empleado. Las políticas de movilidad se diseñan ya pensando en atraer y fidelizar talento, pero también para reducir el impacto climático de los desplazamientos laborales. Por eso, cada vez son más comunes iniciativas como el presupuesto específico para movilidad, el car sharing, el renting para empleados o el aparcamiento flexible.

En resumen, las empresas no están solo adaptándose: están liderando el cambio, con inversiones reales, decisiones estratégicas y un enfoque muy claro: la movilidad del futuro debe ser eficiente, segura y humana. Y en ese viaje, no hay marcha atrás.