Este descenso de la recaudación por impuesto de matriculación, gravamen transferido a las comunidades autónomas, contrasta con el leve repunte del 3,1% que registraron las matriculaciones de automóviles, hasta situarse en 982.015 unidades.
Esta circunstancia obedece, según han explicado fuentes del sector, a la orientación de la demanda hacia vehículos más pequeños y más eficientes, con menores emisiones de CO2 y, por tanto, sujetos a tipos más bajos o incluso exentos del impuesto de matriculación.
De hecho, las emisiones medias de los automóviles comercializados el pasado año en el mercado español se situaron en 139 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido, con un descenso del 3,5% respecto a los 144 gramos por kilómetro contabilizados en 2009. Los datos de la Agencia Tributaria ponen de manifiesto que cada automovilista pagó en 2010 una media de 733 euros por su coche nuevo en concepto de impuesto de matriculación, cifra inferior a los 790 euros de media abonados en 2009.