El estudio ha contado con la participación de todos los interesados a través de cuestionarios y talleres de trabajo. En él se confirma que existe poca información sobre la implementación de estos sistemas y se apunta a la existencia de barreras comunes pese a la variedad de los mismos. Las consultas para el estudio demostraron que los sistemas de restricción de acceso tienen mucho potencial a la hora de abordar los principales desafíos de la sostenibilidad urbana (calidad del aire o congestión entre otros). El estudio concluye realizando una serie de recomendaciones que la UE podría emprender para sacar el máximo partido a las buenas prácticas existentes en los países. Las recomendaciones más importantes se referirían a la armonización de prácticas, al establecimiento de un sistema de información de ‘ventanilla única’ y a la financiación de los sistemas de restricción de acceso.