Miguel Ruiz, presidente de la Asociación, que además acaba de ser reelegido por la Asamblea General, inauguró la sesión destacando su alegría por “estar juntos de nuevo”, y afirmando que “hemos demostrado, una vez más, que somos básicos y esenciales. Por eso, si sobre esa base trabajamos juntos en la búsqueda de soluciones, saldremos antes de esta situación”.
Mencionó también que Atuc está “en un gran momento, tiene más socios que nunca, las nuevas iniciativas están funcionando (más de 80 miembros en la Comisión de bicicletas en apenas dos años)” y que el trabajo se realiza completamente para “mejorar la movilidad de los ciudadanos”. Y puso en valor que “Atuc se ha convertido en referente a escala nacional para hablar de transporte público. Nuestros estudios gozan de gran reputación, incluso para las Administraciones Públicas, algo que ha sido y es muy importante para defender los intereses de nuestros asociados. Por eso, tengo una cierta sensación de optimismo, de que todo lo mejor está por venir. Este otoño será bueno y el año 2022 será mejor, debido al impulso que supondrá para nuestros operadores la llegada de las ZBE obligatorias, la inyección de dinero procedente de los fondos europeos Next Generation (1.000 millones de euros), y la ansiada Ley de Financiación y Movilidad. Ya está en la mesa del Consejo de Ministros y se espera que se proceda a su primera lectura en octubre, con visos a aprobarse en 2023 y que entre en vigor en enero de 2024”.
La Ley de Financiación está a punto de iniciar su trámite parlamentario y se espera que entre en vigor en 2024
Por su parte, el consejero delegado de Alsa, Francisco Iglesias, que opera desde 2008 el urbano de Almería, declaró que “la relación con el Ayuntamiento ha sido de cooperación, desde el cambio de flota, el diseño de la nueva red, buses más limpios y bien mantenidos. Hasta la pandemia, veníamos de varios años de crecimiento en dos dígitos, gracias a esa buena colaboración público-privada, y con una valoración del usuario por encima de 4 sobre 5”. Por eso, Iglesias considera que “es momento de trabajo para operadores y Administración, con valentía, afrontando cosas nuevas y actuando, además de hablar. Tenemos varios retos muy importantes ante los que hay que ser valientes: la recuperación de la demanda (mediante mejoras hacia el cliente, carriles bus-VAO, flota, comunicación...); el cambio ambiental (responsabilidad de renovar hacia cero emisiones, donde Alsa ya ha adquirido el compromiso para que su flota de urbanos sea de cero emisiones en 2030), la cambiante regulación (hasta 10 instrumentos normativos desde 2019)... El agujero de 2020 se repetirá, aunque en menor medida, en 2021, por lo que necesitamos actuación. También de forma conjunta debemos ir ante los fondos europeos, que son una gran oportunidad, pero también tienen una gran complicación burocracia”.
El papel de la Asociación en los últimos años ha sido fundamental para obtener beneficios para los operadores, como se ha visto en reiteradas ocasiones.
Y concluyó afirmando que “todo lo que hagamos debe ser pensando en el cliente. Creíamos que lo conocíamos, pero la pandemia ha demostrado que somos vulnerables”, para añadir su “orgulloso del equipo de Alsa, pues fuimos los primeros en certificarnos en Covid, en pleno confinamiento seguimos trabajando y ganamos concursos en Lisboa y Oporto, afrontamos inversiones para adecuar flota a las nuevas necesidades y, esta semana, hemos presentado la app MaaS, con Almería entre las cinco ciudades iniciales del proyecto”.
La próxima edición del Congreso, en 2022, tendrá lugar en Madrid
Tras la intervención de Ramón Fernández-Pacheco, alcalde de Almería, que también estuvo presente en la cena de la víspera, quien apuntó que el de Atuc es “el primer congreso presencial que se celebra en Almería tras la pandemia” y que “necesitamos que el transporte público sea barato, eficiente y sostenible, ambiental y económicamente”, llegó el turno de las ponencias.
Ponencias
La primera corrió a cargo de Roger Vahnberg, vicepresidente de Operaciones del consorcio de transportes de la región de Gotemburgo (Suecia). Vasttrafik reúne 80 operadores de distintos modos (barcos, trenes, tranvías, buses y autocares ) bajo una única denominación y 9.000 empleados, con la sostenibilidad como norma esencial de trabajo. Gestiona 355 millones de viajes anuales con un “crecimiento de viajeros del 5% continuado desde 2010, hasta el descenso del 50% en Marzo'20”.
Entre las acciones que han llevado a cabo últimamente destaca la facilidad de ticketing en la app, pasando a tres zonas cuando antes eran 70, facilidad de combinar viajes y modos y el hecho de que “generamos opinión pública, trabajando activamente en el desarrollo urbano, participando en los foros adecuados, contactando con influencers...”.
Tres focos principales centran su operativa: recuperar a los viajeros (su confianza), la sostenibilidad económica y el desarrollo de la sociedad. Lo primero lo afrontan con periodos gratuitos de prueba, tickets flexibles para quienes tienen teletrabajo temporal, mayor limpieza, facilidad en los transbordos... El objetivo es un transporte público sin emisiones en 2030, para lo cual se apuesta por el biogás para el suburbano, ir reduciendo al uso de biocombustibles liquidos, y la electrificación para el urbano en 2030. Así la región espera reducir un 20-25% el tiempo de viaje y elevar la capacidad en un 70% para el horizonte 2035.
Pensar en el cliente, hacer comunidad, generar opinión, facilitar el acceso al transporte público... fueron elementos coincidentes
Víctor Sobrino, director de Kantar Public España, desveló los resultados del estudio sobre la utilización del transporte público después de la pandemia, cuyas conclusiones publicaremos más ampliamente en los próximos días.
Mesa redonda
Y llegó el turno de la mesa redonda, en la que se abordó el papel de los operadores ante el reto del transporte post-Covid. El panel lo componían Álvaro Fernández, gerente de Auvasa; María José Ajuriaguerra, gerente de Tuvisa; Pere Calvet, director general de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya; y Víctor López, director general de Alsa.
El debate comenzó tratando de identificar lo que hemos aprendido de este periodo. Ajuriaguerra mencionó “lo positivo, como la adaptación y flexibilidad para aportar nuevas soluciones desde el primer momento, la colaboración entre Administración y Consorcios para poder aplicar medidas al mismo tiempo, y la capacidad del equipo humano, envidiable y comprometido. También hubo cosas peores, pero esas no las necesitamos ahora”.
El gerente de Auvasa está convencido de que "el descenso de viajeros se irá recuperando cuando el usuario se relaje y tenga mayor percepción de la seguridad. La sociedad estaba a favor de reconducir la movilidad en las ciudades en favor del transporte público, de eliminar el desequilibrio de espacios, y no podemos olvidar eso”.
El transporte público puso de manifiesto su papel esencial para la sociedad y su capacidad de adaptación a las circunstancias
“Alsa es una compañía de gran tamaño, con 4.500 buses y 14.000 empleados, operando con territorios muy distintos con diferentes normativas”, según su director general, pero “ha salido adelante con gran capacidad de adaptación. También destacaría la colaboración público-privada, casi nos hemos hecho amigos con nuestros administradores, y la vulnerabilidad, pues incluso la movilidad obligada tiene una oscilación tremenda que nos obliga a construir la propuesta de valor poniendo al ciudadano en el centro”.
Calvet quiso aportar un “chute de autoestima. Ha quedado en evidencia que somos un servicio esencial, al pie del cañón en momentos difíciles, con capacidad de adaptación, pero quiero recordar los primeros días. Gran gestión con nuevos procedimientos en tiempos récord. Y también nos dimos cuenta que participar de una gran asociación, como Atuc, dio como fruto el documento de la obligatoriedad de las mascarillas para seguir dando servicio, porque fue un gran error del Ministerio aconsejar el rechazo al transporte público por su presunta inseguridad”.
De cara al futuro y a los caminos para recuperar la demanda, Álvaro Fernández destacó que “no estamos creando comunidad, como decía Robert Vahnberg. ¿Quién nos usa? Tenemos un gran espectro de aliados y debemos acercarnos a las asociaciones de usuarios. Hay que generar opinión pública. Una ciudad de 15' es posible, incluso sin coches, pero no sin transporte público e intermodalidad”.
Tuvisa opina que “identificamos a los clientes, pero tenemos que ser atractivos para los que quieran subir voluntariamente. En Vitoria estamos proyectando un BRT eléctrico como atractivo en la ciudad para que vuelvan usuarios y para que lleguen nuevos. También queremos implicar a las empresas para que elaboren planes para sus trabajadores”.
Y Calvet espera que “termine el Covid para eliminar ese miedo a volver, pues parece que la economía ayuda ahora. También sería interesante desarrollar entornos más agradables (colores, señalética...)”.
López apuesta por “servicios más frecuentes y directos. Una mayor cobertura horaria trasladaría una mayor imagen de seguridad. Más ‘puerta a puerta’, conectados con el ecosistema y la movilidad activa, soluciones flexibles y adaptadas al cliente por la vía de la tecnología”.
Una mejor oferta y servicio fue denominador común entre los ponentes. Ajuriaguerra tiene claro que “no podemos ir solos, la senda es ser más accesibles y facilitar la experiencia del cliente”, a lo que López añadió que “teniendo claro el concepto, aplicarlo a la realidad es difícil. Conectar servicios de corta y larga distancia a veces se complica por distintos operadores, reguladores y tecnologías. El cliente, a veces, no lo entiende bien. La gobernanza es uno de los grandes retos”.
Desde Auvasa tienen claro que “lo que más importa es el tiempo. No hay problema con la tarifa. No debería obsesionarnos. La solución no puede ser el transporte gratuito pues hablamos de ofrecer más y con más calidad. Y tampoco mover aire, sino adaptar la explotación con otros modos. En las líneas no estructurales es donde más se puede trabajar y cooperar. Hay que hacerlo fácil para tener éxito”. En esa misma línea, Calvet entiende que “el servicio y el precio son de calidad. El problema en las horas punta, donde en determinados casos ya no se puede ofrecer más capacidad, además de la dimensión del personal. Deberíamos, a nivel social, cambiar los hábitos de la hora punta, porque no se podrá aumentar el servicio hasta el infinito”.
También es importante el aspecto regulatorio. Calvet recomienda “impulsar medidas, como la ZBE, que no cuesta nada, pero hacen falta fuertes inversiones para facilitar el cambio al tren o al bus. No pueden ir apretados y llegar tarde. Solo limitar no dará resultado”, ante lo que López añade que “se debe apoyar al transporte público con medidas y sistemas de objetivos, que eviten caer en modas o efectismos y evalúen su eficiencia. La limitación de velocidad nos parece controvertida, pero tiene efecto positivo en la seguridad. La velocidad comercial tiene que ser mejorada con plataforma reservada”.
Desde Tuvisa se comenta que “hace falta inyección económica para renovar flota, para la compra y el mantenimiento, así como para formar al personal técnico necesario. En Vitoria, el mensaje de ciudad verde ha calado estas dos décadas, y eso nos permite dar más pasos. Estamos diseñando el mapa de velocidades en las calles, para ir por encima de 30 km/h allí donde sea necesario y se pueda”.
López espera que la ansiada Ley de Financiación sea “ambiciosa, que apunte a 20 años para que no se nos quede obsoleta, porque se tramitan cada mucho tiempo. Hay que disminuir la incertidumbre en todo lo posible. Las ayudas dependen del modelo de gestión del Ayuntamiento y del tipo de contrato. Los elementos jurídicos no deben ser un impedimento”.
Calvet también considera que “la inyección de los fondos europeos será básica, así como su buena gestión. La Ley será esencial para el futuro de nuestras empresas, que trabajamos con plazos muy largos, con mucho dinero y difícil financiación. Necesitamos estabilidad en los equipos de gestión, y la Ley asegurará esos flujos de dinero continuados que permitirán decisiones más acertadas y menos aleatorias”.
Álvaro Fernández quiso destacar que “hay muchos expertos en movilidad, pero también ‘vendehumos’. Y la movilidad debe tenernos a nosotros como columna vertebral. Hay que generar un ecosistema, pero con los operadores en el centro, porque somos los verdaderos expertos”.
Para concienciar de todo ello a la sociedad, Ajuriaguerra apuntó la vía de la “comunicación y participación ciudadana”, López la implicación de “las asociaciones sectoriales por el interés común y dinamizando a la Administración”, y Calvet avisó sobre “el equilibrio entre marketing y el nivel de clientes”.
Clausura
En el acto de clausura, Miguel Ruiz adelantó una inminente campaña ministerial de un millón de euros para transmitir una imagen de seguridad en el transporte público, antes de que Felipe Arias, director general de Movilidad de la Junta de Andalucía, declarara que “estamos en buenas manos” de cara al futuro y defendiera “la colaboración público-privada”.
Quiso “agradecer al Sector el esfuerzo realizado y el que se está haciendo, tanto a empresas como a trabajadores. ¿Y qué vamos a hacer nosotros? Desarrollar más ayudas para compensar las pérdidas, en lo posible, porque les hemos exigido servir por encima de la demanda. Ayudas al regular, pero también para el discrecional. Para recuperar los 128 millones de viajeros que tuvimos en 2019, primero es necesaria la confianza, el mensaje de seguridad”.
También en Andalucía se acometen proyectos de modernización y digitalización, “con un gran centro de control y gestión, que ya tienen incorporados a los buses. Estamos trabajando en la tarjeta única, virtualizada en el móvil”.
Y fue Jaime Moreno, director general de Transportes del Ministerio, quien cerró el Congreso, mencionando la Ley de Financiación, que es “muy importante y está avanzada, en colaboración con Atuc y en el marco del Plan de Resiliencia. La movilidad y el transporte se están transformando, y el transporte público es clave para la recuperación económica y de la normalidad. Tenemos el reto de recuperar la confianza en la seguridad, fundamental, así como de mejorar la experiencia del usuario, porque la movilidad es un derecho y una palanca del crecimiento”.
La edición del Congreso del año 2022 será en Madrid.
