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La automoción vuelve a reclamar un plan de choque para seguir siendo competitiva

La junta directiva de Sernauto, reunida ayer en Barcelona, tuvo como invitado especial a Wayne Griffiths, presidente de Anfac. Y el encuentro concluyó con la reclamación conjunta de

viernes 23 de septiembre de 2022, 07:00h

Tanto Griffiths como su ‘colega’ de Sernauto, Francisco J. Riberas, evidenciaron su preocupación ante la compleja y delicada situación que atraviesa la industria de automoción en nuestro país. “A los efectos causados por la pandemia, ha habido que hacer frente a la persistente crisis de los semiconductores, al alza de los precios de las materias primas, a las consecuencias de la invasión de Ucrania y al ‘desorbitado’ incremento de los costes energéticos y logísticos. Todo ello en un contexto de inestabilidad e incertidumbre sin precedentes”, se indica en un comunicado conjunto.

Estas son las razones para que Sernauto y Anfac soliciten un Plan de Choque para la automoción “que permita paliar el impacto que esta situación está teniendo sobre las empresas del sector”.

Plan de choque

El plan tiene un doble objetivo. Por un lado, hay que aprovechar que la transformación hacia el vehículo eléctrico y la eliminación de la huella de carbono suponen una oportunidad de relocalizar en España piezas, productos y servicios neutros en CO2 desde su producción hasta su distribución y comercialización.

Y, por otro, “España debe utilizar de forma eficiente la llegada de los fondos europeos Next Generation EU para ganar autonomía tecnológica y traer al país componentes críticos como son los semiconductores o las baterías”.

Para mantener la posición de España como segundo fabricante mundial, hay que tomar decisiones

Impulsar la relocalización supondría contar con mayores garantías en la disponibilidad de financiación para fortalecer el capital circulante o el incremento de las bonificaciones fiscales para proyectos de desarrollo industrial, de productos y procesos. También se propone la necesidad de garantizar la neutralidad tecnológica en el camino hacia la movilidad sostenible, o articular una reforma fiscal del automóvil ligada al uso del vehículo y no a su compra, para que la evolución de la electrificación sea más rápida.

Griffiths considera que “España es el segundo fabricante de vehículos de Europa. Si queremos mantener esta posición y la competitividad de la industria de automoción, y seguir atrayendo inversiones al país, hay que aprovechar de forma eficiente la llegada de los fondos europeos para lograr los nuevos productos de la nueva movilidad y fabricarlos sin huella de carbono”.

Por su parte, Riberas concluye que “situaciones extraordinarias como la actual, requieren medidas extraordinarias. Representamos a una industria estratégica para nuestro país y debemos apoyarla para poder superar este periodo con garantías, sin perder competitividad ni el importante empleo que generamos”.