En septiembre de 2024, los precios del combustible en Europa muestran una notable variabilidad entre países, debido a factores como los impuestos, la infraestructura y las políticas energéticas locales. En promedio, el precio de la gasolina de 95 octanos se sitúa en torno a 1,58 euros por litro, con países como Dinamarca y los Países Bajos liderando las listas con los precios más elevados, alcanzando los 1,99 €/litro y 2,01 €/litro, respectivamente
En países del centro y este de Europa, los precios son considerablemente más bajos. Por ejemplo, en Bulgaria, el precio de la gasolina de 95 octanos es de 1,30 €/litro, mientras que en Polonia ronda los 1,48 €/litro. Otros países con precios competitivos incluyen Rumanía (1,44 €/litro) y Croacia (1,52 €/litro), lo que convierte a estas naciones en destinos más accesibles para repostar. El diésel sigue una tendencia similar, con precios más elevados en países del norte y oeste de Europa. En Alemania, el precio del diésel se sitúa en 1,57 €/litro, mientras que en Francia alcanza los 1,72 €/litro.
En comparación, España y Portugal presentan precios ligeramente más bajos, con 1,44 €/litro y 1,53 €/litro, respectivamente. Además de los precios más asequibles en Europa del Este, algunos países del Mediterráneo, como Malta, presentan precios particularmente bajos, donde la gasolina de 95 octanos cuesta 1,34 €/litro, siendo uno de los más bajos de la región. El aumento de los precios en algunos países europeos está relacionado con las políticas fiscales locales, la transición energética y la dependencia de las importaciones de petróleo, lo que ha afectado los costos del combustible en 2024. Esta variabilidad en los precios refleja la diversidad en las estrategias energéticas y económicas entre las diferentes naciones europeas, lo que impacta significativamente tanto a los consumidores como a los sectores del transporte y la logística.