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La carga rápida en España se estanca y frena el despegue del coche eléctrico

La carga rápida en España se estanca y frena el despegue del coche eléctrico

Solo el 9% de los puntos de recarga públicos superan los 150 kW, una cifra insuficiente para los nuevos modelos y el transporte pesado

miércoles 09 de julio de 2025, 07:00h

La red de carga rápida en España sigue creciendo, pero a un ritmo que no se corresponde con las necesidades del mercado. Durante el segundo trimestre de 2025, apenas se añadieron 371 nuevos puntos de más de 150 kW, elevando el total hasta 4.379. Esta cifra supone solo el 9,1% del total de la infraestructura de acceso público, según recoge el Barómetro de Electromovilidad de ANFAC.

Esta situación es especialmente preocupante porque la tecnología de los nuevos modelos eléctricos ya admite cargas superiores a 100 kW, y los vehículos pesados requieren aún más potencia para poder operar de manera eficiente. Sin una red adecuada, los tiempos de recarga largos siguen siendo un freno para muchos usuarios y para el desarrollo del transporte profesional eléctrico.

Una red descompensada y obstáculos que frenan el avance

El informe también señala que el 70% de los puntos de recarga en España siguen siendo de baja potencia (22 kW o menos), más apropiados para usos residenciales o urbanos que para trayectos largos. Esto limita seriamente la autonomía funcional del vehículo eléctrico como alternativa real al coche de combustión en todos los contextos.

José López-Tafall, director general de ANFAC, advierte que “es vital aumentar con urgencia los puntos de recarga de alta potencia”. Y señala que los fabricantes ya están haciendo su parte, pues cerca del 70% de la infraestructura rápida instalada responde a sus propios proyectos. Sin embargo, las dificultades administrativas y los problemas de conexión a la red siguen paralizando demasiadas iniciativas.

“No basta con crecer, hay que hacerlo al ritmo que marca la regulación”

Desde ANFAC reclaman medidas que aceleren esta transición: simplificación de trámites, ayudas directas y una planificación energética que facilite el acceso a la red. “No basta con crecer —señala López-Tafall—, hay que hacerlo al ritmo que impone la regulación europea. De lo contrario, España se quedará rezagada”.