Según publica el Diario Vasco, la primera luz verde para esta instalación de Atocha se dio el pasado mes de febrero y, posteriormente, fue sometida a exposición pública. El Reglamento de la Estación también fue aprobado en su momento. Es el documento que regula cómo funcionará la instalación en el futuro y qué servicios prestarán no sólo sus dársenas sino también todo el entorno comercial que las rodeará. El proyecto cuenta también con el visto bueno de la Diputación de Guipúzcoa, que apoya la iniciativa y que se ha comprometido a aportar una parte de la financiación.
Si bien también ha quedado establecido el régimen jurídico de explotación, de gestión indirecta por parte de las instituciones, por lo que construcción y posterior explotación, incluido el estacionamiento subterráneo, será para una empresa pública, queda pendiente del futuro de las líneas metropolitanas que ahora llegan a las calles donostiarras, si se insertan o no sus recorridos en la nueva estación, pensada inicialmente para líneas de largo recorrido. Finalmente, se ha optado por incluir estos servicios dentro de los usuarios de la nueva estación de Atocha, pero con una cláusula en la que se advierte que el Ayuntamiento podrá eximir de esta obligatoriedad de uso a aquellas líneas de cercanías o suburbanos.
Las obras tendrán una duración mínima de 24 meses y antes de que se inicien saldrá a licitación la gestión de la estación.