Evidentemente, las funciones que desarrollaba la Jefatura Central de Tráfico, nominación con la que nació en 1959 y que se centraba principalmente en gestiones administrativas, son apenas un reflejo del amplio abanico de cuestiones que en la actualidad aborda: control, gestión, información y seguridad del tráfico, formación de conductores, educación vial, investigación de accidentes, etc. Evidentemente, se trata de un cambio que ha ido parejo con el incremento del censo de conductores y el parque de vehículos.
El organismo, dependiente del entonces Ministerio de la Gobernación, hoy Ministerio del Interior, nace con la idea de ser el único órgano competente de dirección inmediata, ordenación y coordinación en materia de circulación y transporte por carretera, vigilancia del tráfico y facultad sancionadora de las infracciones que se cometan en ella, tal y como se recoge en el preámbulo de la Ley.
La estructura orgánica y funcional también ha sufrido modificaciones, adaptándose así no sólo a los diversos cambios acaecidos en la Administración Pública Española, sino también al volumen de trámites que se realizan.
DGT hoy
Actualmente, la DGT cuenta con una estructura orgánica formada por el director general, una Secretaría General y cinco subdirecciones: Gestión del Tráfico y Movilidad; Formación para la Seguridad Vial, Ordenación Normativa; Gerencia de Informática y Observatorio Nacional de Seguridad Vial, formando todos ellos los Servicios Centrales.
Para llevar a cabo todas las disposiciones que le otorgaba la Ley fue necesario la creación de las Jefaturas Provinciales y locales, que desde su nacimiento han sido y siguen siendo las que ejecutan y llevan hasta sus últimas consecuencias las competencias de carácter administrativo atribuidas a la Dirección General, además del resto de funciones asignadas. Actualmente hay 50 jefaturas provinciales, 2 jefaturas locales (Ceuta y Melilla) y 13 oficinas locales.
Las Comunidades Autónomas del País Vasco y Cataluña son las únicas Comunidades a quienes se les han transferido o traspasado competencias ejecutivas en materia de tráfico y circulación de vehículos a motor y Seguridad Vial.
La DGT ha sido testigo y partícipe de profundas transformaciones desde el comienzo de sus labores hasta ahora. Matriculaciones, permiso de conducir, educación vial y tecnología al servicio de la seguridad son algunos de ellos. Por otra parte, el consumo de alcohol en la conducción ha sido siempre uno de los principales objetivos a erradicar desde Tráfico.