Bosch ha desarrollado un asistente de cambio de carril que recibe la información necesaria del nuevo sensor de radar de medio alcance para aplicaciones traseras. La compañía quiere evitar así los riesgos de accidente por la escasa visibilidad en el ángulo muerto del vehículo (la zona lateral justo detrás del mismo). A menudo este espacio "ciego" es lo suficientemente grande para que incluso un monovolumen pueda no ser detectado al cambiar de carril.
Un fabricante líder mundial en el sector de automóviles ha iniciado ya la producción en serie del sistema de sensor de radar de Bosch MMR. El fabricante, del que Bosch no da el nombre, ha montado dos sensores traseros MRR (acrónimo de Mid-Range Radar, o Radar de Medio Alcance) en el parachoques trasero: uno a la izquierda y otro a la derecha, que vigila la zona lateral y trasera.
Una imagen completa del ángulo muerto
El presidente de la división Bosch Chassis Systems Control de Bosch, Gerhard Steiger, explica así las ventajas de este sensor: "Con el MRR trasero los conductores ya no necesitan estar mirando constantemente hacia atrás para ver si algún vehículo ha iniciado una maniobra de adelantamiento, ya que el sensor reconoce de forma fiable y precisa la presencia de otros vehículos en el ángulo muerto".
El sensor funciona con un potente software de control que compara la información transmitida por el sensor para generar una imagen completa del tráfico existente detrás del vehículo. En el momento en que otro vehículo se aproxime a mayor velocidad por detrás o que ya se haya situado en el ángulo muerto, una señal luminosa en el retrovisor del lado correspondiente avisa al conductor del peligro. Si el conductor activase el intermitente, el asistente de cambio de carril emite un aviso acústico y/o vibratorio.
El sistema trasero MRR forma parte del sistema de alerta de tráfico transversal de Bosch, que ayuda a los conductores en las maniobras de marcha atrás cuando la visión es difícil.