Y refleja un crecimiento del 12% en el segundo trimestre del año, con respecto al mismo periodo de 2022, reduciendo levemente el 14% alcanzado en el primer trimestre y señalando que “debemos considerar en estos datos la inflación, que provoca un incremento de la facturación (así como de los costes)”.
Sobre esta base, y con la vista puesta en final de año, “los recambistas estiman terminar el año 2023 con un incremento del 12% respecto al año 2022”, lo que significa que sus previsiones no han cambiado respecto a la anterior entrega de datos.
La previsión para 2024 parece mejorar
Por otro lado, el optimismo en el sector de cara a 2024 a medida que va pasando el año. El pasado mes de enero, Aervi declaró un crecimiento esperado del 4% y en el que un 95% de los recambistas esperaba entonces crecer, mientras que al finalizar el segundo trimestre, estos porcentajes se convierten en un 7% y 93%, respectivamente.
Miguel Angel Cuerno, presidente de Aervi, destaca algunos retos y preocupaciones subrayados en el estudio, como “la rentabilidad económica, los problemas de logística y la digitalización de las empresas, la adaptación a normativas europeas y la falta de profesionales, los cuales suponen un reto para la Asociación, cuya función es velar por defender los intereses generales de los recambistas y representar a este colectivo ante organismos nacionales e internacionales, ya sean públicos o privados”, apuntan desde la entidad.