El alcohol y las drogas en la conducción provocan anualmente la pérdida de unas 9.000 vidas en la Unión Europea. Este hecho se puede constatar en nuestro país a través del estudio realizado por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses del año 2012 que arroja datos esclarecedores: de los 615 conductores fallecidos en accidentes de tráfico el pasado año, 291 (el 47,32% del total) presentaron un resultado positivo en sangre de alcohol, drogas y/o psicofármacos.
Por ello, la DGT en colaboración con la Federación Nacional de Asociaciones de Lesionados Medulares y grandes discapacitados físicos (Aspaym) ha comenzado una campaña para prevenir los accidentes en los que estos factores de riesgo están presentes para mentalizar a los conductores de las muertes que se producen anualmente por la ingesta de estas sustancias. Para ello desde ayer, nueve de Julio, y hasta el lunes 15, la DGT realizará en torno a 9.000 controles en carretera. Unos controles que están avalados en la concienciación de los ciudadanos: en el año 2001 el 5% de los mismos presentaba un resultado positivo, y diez años después, en 2011, tan sólo el 1,8% dio un resultado similar. Este dato aporta una base cuantitativa de argumentación sobre la que se sustenta Tráfico.
Los efectos del alcohol en la conducción
La ingesta de alcohol multiplica por nueve el riesgo de provocar un accidente. Los principales problemas asociados a su consumo tienen que ver con las facultades físicas a la hora de realizar un determinado trayecto: movimientos y reacciones más lentos, dificultad en la concentración, problemas de coordinación y un aumento de la somnolencia. Y hay que recordar que el artículo 65 de la Ley de Seguridad Vial tipifica como infracción muy grave la conducción de vehículos bajo los efectos de cualquier sustancia psicotrópica, estupefacientes y bebidas alcohólicas.
