Uno de los primeros aspectos que los investigadores consultaron es si dormir en el camión, en cuanto al descanso del conductor y su recuperación general, hace una conducción más segura. Estudios llevados a cabo en colaboración con el Centro de Medicina del Sueño de la Universidad de Ratisbona reveló que los sujetos que dormían en la cabina en condiciones reales tenían una ‘arquitectura del sueño’ muy diferente. Por ejemplo, la contaminación por ruido en las áreas de descanso de autopistas dio como resultado una disminución significativa de la aptitud durante el día, por lo que los conductores susceptibles de déficit de atención tenían mayor riesgo de colisión al día siguiente del descanso. Por tanto, el riesgo de accidente aumenta.
Además de esto, otras unidades de prueba revelaron que, incluso en el modo profesional ‘eco», los conductores ya no serían capaces de aprovechar todo su potencial para impulsar la eficiencia si se les hubiera privado de sueño. Si el conductor no ha descansado aumenta el desgaste del vehículo y, sobre todo, se incrementa el consumo de combustible. Pero el sueño dañado no es el único problema para los conductores. La monotonía de la conducción y las horas la tensión en el cuerpo humano a lo largo de la conducción, afectan adversamente el rendimiento del cerebro. La estimulación y la ayuda pueden ayudar aquí. Rothe y su equipo de trabajo analizaron también medidas revitalizantes en las pruebas y, los estudios más sofisticados incluyen siestas, aromaterapia, masaje para activar los músculos y las articulaciones, y diversos estímulos auditivos para aumentar el rendimiento del cerebro.