Entre los casos más llamativos destaca el importante incremento del precio de los cítricos, especialmente de las naranjas y mandarinas, frutas muy demandada por los consumidores durante la crisis sanitaria por ser de piel gruesa y por su alto contenido en vitamina C, y que han experimentado subidas de hasta el 45%. Sin embargo, tales subidas no se han producido en origen, como señalan las asociaciones de agricultores, sino en la cadena de distribución y venta final, llegando a multiplicarse por seis y siete veces respectivamente. Así por cada kilo de naranja recolectada, el agricultor obtuvo 0,25 euros en febrero y 0,27 euros en marzo (un alza del 8%), mientras que el vendedor al público lo vendió por 1,55 euros en febrero y 1,82 euros en marzo (un incremento del del 17,4%).
Los precios en origen subieron sólo un 13,7% mientras que en destino los consumidores pagaron hasta un 45% más.
En el caso de la mandarina, los precios en origen subieron sólo un 13,7% mientras que en destino los consumidores pagaron hasta un 45% más. Ante dicha situación anómala, Fenadismer desea aclarar a la opinión pública que cualquier incremento que se produzca en los costes logísticos y de distribución para la puesta de los alimentos en los lineales de los puntos de venta, el transporte apenas influye en su precio final, y menos aún en la actual situación económica en la que los servicios que están prestando los transportistas no han obtenido incremento alguno por