La media española del indicador se sitúa a más de 18 puntos de la comunitaria, y crece a la mitad de su ritmo
No es que no se avance. De hecho, Anfac afirma que “el indicador global de electromovilidad (que valora la penetración de los vehículos electrificados y la instalación de infraestructuras de recarga de acceso público) ha alcanzado una valoración total de 15,3 puntos, 3,5 puntos por encima del año anterior”. Sin embargo, el dato no es tan positivo si se compara con el resto de Europa: la media de los países se sitúa en un total de 33,7 puntos sobre 100, y creció siete puntos en 2022.
Esto nos sitúa, como país, en el “vagón de cola” de la electrificación, tal y como indica la Asociación de fabricantes. Todas las CCAA “ofrecen un ligero aumento, a pesar del lento desarrollo de la infraestructura de recarga y la entrada de vehículos electrificados. En el Top-3, Madrid encabeza el ranking con un total de 21,5 puntos sobre 100, seguido de Navarra (18,7 puntos) y Cataluña (18,5 puntos)”.
Vehículos electrificados
En 2022, el indicador de penetración del vehículo electrificado logra una valoración media de 23,2 puntos, con un crecimiento de 3,6 puntos, lo que “nos posiciona en el antepenúltimo puesto del ranking del Barómetro de Electromovilidad. La media europea logra un incremento de 7,4 puntos, el doble que España, situándose en un total de 51,2 puntos sobre 100”.
Durante 2022, España registró un aumento del 17,1% y 78.316 turismos electrificados, lejos del “hito mínimo de 120.000 nuevas matriculaciones necesarias para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones para 2030”.
La infraestructura no va mejor
Por otro lado, España alcanzó “una valoración de 7,3 puntos sobre 100 en el indicador de infraestructura de recarga, que representa un aumento de 3,3 puntos”. Sin embargo, de nuevo nos “sitúa muy lejos del ritmo de desarrollo de la media europea, que logra crecer en 6,7 puntos, hasta alcanzar una valoración total de 16,2 puntos”.
78.000
vehículos eléctricos
es la cifra en que se mueve nuestro país, cuando deberíamos estar en el entorno de los 120.000
Cuantitativamente hablando, la infraestructura de recarga de acceso público ha alcanzado los 18.128 puntos de recarga en nuestro país, lo que en comparación con el año anterior supone 4.717 nuevos puntos de recarga. En cualquier caso, “el aumento registrado en el último año es insuficiente para alcanzar el objetivo marcado para 2022 de 45.000 puntos de recarga de acceso público”.
La última entrega
Esto apuntaba el Barómetro de Anfac correspondiente al
trimestre anterior
Además, del total de nuevos puntos de recarga instalados durante 2022, hay que destacar que el 55% corresponden todavía a potencias de 22 kW o menos. Solamente el 1,4% de la infraestructura de recarga de acceso público permite la carga a 250 kW o más, lo que permite tiempos de recarga de menos de 15 minutos.
Valoración
“La electrificación de nuestra movilidad es más que un compromiso, es una exigencia, y más tras la confirmación por parte del Parlamento Europeo de la prohibición de los vehículos de combustión para 2035. Pero los resultados del Barómetro de Electromovilidad de Anfac para 2022 evidencian que el nivel de exigencia requerido no está yendo acorde con el nivel de medidas para facilitar esta transición. En 2022 no se han logrado los objetivos mínimos, ni de infraestructura de recarga ni de mercado, necesarios para cumplir con las reducciones de emisiones marcadas para 2030. Desde el sector ya hemos advertido que el ritmo de electrificación está siendo muy lento. Hay oferta existente, pero tanto la demanda como el desarrollo de puntos de recarga públicos están siendo claramente insuficientes. Nos enfrentamos a un plazo de 12 años en el que solo se van a poder vender vehículos cero emisiones. Si queremos que este cambio sea una oportunidad y no un riesgo real para nuestra industria y su empleo, es necesario acelerar y actuar desde ya mismo. Desde Anfac, hemos planteado nuestra Hoja de ruta 2023-25 donde manifestamos las medidas con carácter urgente que se han de poner en marcha, amén de avisar de lo innecesario de la normativa Euro 7 de emisiones. No tiene sentido invertir tiempo, talento y dinero en hacer más eficientes vehículos de combustión con fecha de caducidad como exigiría la Euro 7/VII y que penalizarían la apuesta por la electrificación con un exiguo resultado en materia de reducción de emisiones”, concluye José López-Tafall, director general de la Asociación.