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Las carreteras españolas, lejos de ser conectadas y verdes
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Las carreteras españolas, lejos de ser conectadas y verdes

viernes 22 de julio de 2022, 07:00h

El último informe sobre “Necesidades de Inversión en Conservación”, desarrollado por la Asociación Española de la Carretera (AEC) en el segundo semestre de 2021, evidencia que las carreteras españolas no están preparadas para enfrentar los retos marcan la agenda de la movilidad y el Transporte.

Las conclusiones del estudio, presentado ayer en Madrid por el presidente de la entidad, Juan Francisco Lazcano, concluye que el 70% de la red viaria es segura, considerando en conjunto el estado que presentan el firme, la señalización vertical y horizontal, y los elementos de contención y balizamiento. Sin embargo, solo el 43% de las vías del país están preparadas para su adaptación a la futura movilidad conectada y autónoma, y apenas el 14% podría iniciar el proceso de transición ecológica derivado de las exigencias y compromisos internacionales.

Como es lógico, las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia ralentizaron de forma considerable el ritmo al que se van deteriorando las carreteras, aunque su estado general sigue siendo “muy deficiente”, como lo demuestra el dato de que de los 101.700 kilómetros representados en la muestra auditada por la AEC (26.400 de la red del Estado y 75.300 de la red autonómica), un total de 13.000 presentan deterioros graves en más del 50% de la superficie del pavimento.

El mejor resultado en este sentido se encuentra en el País Vasco, un territorio en el que todos los indicadores resultan paradigmáticos como modelo de red segura preparada para dar el salto hacia la digitalización y la transformación ecológica.

9.900 millones de euros

El Informe comenzó a realizarse en 1985 con el objetivo de conocer el estado de la pavimentación y del equipamiento, así como de estimar la inversión mínima necesaria para alcanzar niveles de servicio adecuados.

De los 101.700 kilómetros representados en la muestra auditada, 13.000 presentan deterioros graves en más del 50% de la superficie del pavimento

En la serie estadística recogida en los resultados del presente informe, se observa cómo en el año 2001 la conservación de la red viaria aprobaba holgadamente el examen periódico de la AEC, para llegar a situarse en 2021, 20 años después, a las puertas del muy deficiente. Darle la vuelta a esta situación requiere una inversión mínima de 9.918 millones de euros, cantidad en la que la Asociación cifra el déficit que acumula el mantenimiento del conjunto de las infraestructuras viarias del país. Además, la AEC añade que esta cantidad incluye una estimación de la subida experimentada en los precios de los materiales.

La descarbonización del transporte, la repoblación de la España vaciada, el refuerzo de la cohesión social y territorial o la reducción a la mitad del número de fallecidos por accidente de tráfico en 2030 dependen, en buena parte, de que la infraestructura viaria esté a la altura.

La Estrategia “Sistema Seguro”, la Ley de Movilidad y la Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada son tres de los cuatro grandes desafíos que están en la hoja de ruta del actual Ejecutivo, los cuales se verán amenazados si la situación de las infraestructuras viarias no da un giro total. El cuarto, alcanzar la neutralidad climática en 2050 como meta fundamental del Pacto Verde Europeo, es, sencillamente, una quimera desde la óptica en la que las Administraciones públicas españolas han instalado sus políticas de movilidad”. A esto se suma que “circular por una carretera en mal estado incrementa al menos un 10% el consumo de combustible”, que al precio al que se paga en la actualidad, es un problema.

¿La solución?

Para la Asociación, la única posible para que “las carreteras españolas se posicionen con garantías de éxito en la línea de salida hacia una movilidad segura, pero, sobre todo, verde y conectada, pasa, en primer lugar, por la definición de un espacio de financiación propio, global y sostenible para la conservación viaria, cuyos fondos deberían salir tanto de las arcas estatales como de las europeas, las autonómicas, determinados “sistemas de tarificación por uso y estrategias de colaboración público-privada”.

En segundo lugar, “es imprescindible implementar una estrategia que acelere la transformación ecológica y digital de las carreteras españolas, a fin de mejorar la competitividad, la calidad y la sostenibilidad del sistema viario, favoreciendo la adaptación física de la red y la generación y optimización de nuevos servicios de movilidad de pasajeros y mercancías que reviertan en la propia infraestructura y sus usuarios”, concluye el informe de la AEC.