Mostrando su preocupación por las decisiones que se están adoptando a nivel de la Unión Europea sobre las futuras normas de reducción de las emisiones de CO2 para los vehículos pesados, la Unión Europea de Transportistas por Carretera (UETR), presidida por Fenadismer, junto con otras 20 organizaciones europeas representativas de la industria de fabricación de combustibles y la energía, ha dirigido una carta conjunta a los Estados miembros. Temen que esta deficiencia socave el éxito de la estrategia europea para una transición verde, ya que no reflejan debidamente el importante potencial de los ecocombustibles.
Europa tiene la responsabilidad de legislar para un cambio sostenible
En la misiva, las organizaciones mencionadas reafirman su compromiso inquebrantable con los objetivos climáticos de la Unión Europea. Sin embargo, consideran que sería un error basar exclusivamente la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los vehículos pesados eléctricos de batería o propulsados por hidrógeno. Argumentan que los combustibles neutros en CO2 podrían acelerar la transición hacia un sector pesado más sostenible al ofrecer opciones adicionales respetuosas con el clima para la descarbonización del transporte por carretera.
Las instituciones europeas continúan tratando a los combustibles renovables de la misma manera que los combustibles fósiles, a pesar de la necesidad de adoptar soluciones respetuosas con el clima para frenar las emisiones del transporte. En lugar de permitir diversas soluciones, han establecido un marco restringido que solo permite el uso de tecnologías de propulsión basadas en hidrógeno y baterías eléctricas.
Garantizar una trasición de éxito
Los críticos señalan que la Comisión Europea no muestra un claro respaldo a los combustibles neutros en CO2 como parte del proceso de descarbonización. Esto impide que los fabricantes y las empresas de transporte logren sus metas de reducción de emisiones de CO2 y podría generar perturbaciones en nuestras cadenas de suministro, poniendo en riesgo el desempeño económico de las empresas de transporte.
Se considera por parte de las organizaciones firmantes de la carta conjunta que el sistema de transporte no debe arriesgarse a seguir un camino restringido hacia la descarbonización. En lugar de optar por una actitud restrictiva, se requiere una estrategia que se base en la disponibilidad de múltiples soluciones, las cuales deben estar fundamentadas en tecnologías maduras y asequibles. Esto contribuiría a fortalecer la seguridad en la planificación a largo plazo, al proporcionar mayores garantías contra las perturbaciones del mercado y los incrementos en los costos para el consumidor.
Destacan que Europa tiene la responsabilidad de legislar para un cambio sostenible y garantizar que esta transición se gestione con éxito. Además, enfatizan la importancia de reflejar las diversas necesidades y realidades de nuestras empresas y sociedades, así como ofrecer una amplia variedad de soluciones viables.