Protestas desde IRU
Esta no ha sido una decisión bien recibida por organizaciones de transporte como IRU, desde la que se considera poco realistas: "Si las normas finales siguen las propuestas del Consejo y del Comité, la Unión Europea habrá optado de forma irresponsable por ignorar las propuestas viables para reducir las emisiones de CO2, y habrá fijado objetivos inalcanzables que los operadores de transporte probablemente no podrán tomarse en serio" comentó Raluca Marian, directora de defensa de IRU en la UE.
"Es fundamental reconocer todas las vías de reducción de las emisiones de CO₂ a lo largo de toda la cadena de valor, y esta votación deja un margen muy estrecho para varias opciones perfectamente adaptadas a las operaciones de carga pesada" añadió. "Estamos muy decepcionados por el hecho de que la Comisión haya seguido a un grupo de miembros que están desconectados de la realidad, a pesar de las numerosas voces de los eurodiputados que reclaman una senda de descarbonización viable. A corto y medio plazo, no hay indicios de que la infraestructura para un objetivo tan elevado de vehículos de emisiones cero vaya a estar preparada. Incluso el actual objetivo del 30% para 2030 supone un reto dada la actual falta de condiciones favorables".
"Instamos al Parlamento a que apoye una solución pragmática para una descarbonización rápida y eficiente, tal y como han expresado claramente la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo y un gran número de miembros del Comité. Necesitamos objetivos razonables basados en las condiciones de mercado, operativas y de infraestructura existentes y previstas, una reclasificación de los autobuses interurbanos como autocares, una exención para los vehículos de alta capacidad que no puedan transformarse en vehículos de cero emisiones en un futuro próximo, y un reconocimiento de todas las vías de reducción de emisiones de CO₂ mediante la inclusión de un sistema que tenga en cuenta la neutralidad de carbono en un enfoque del pozo a la rueda" concluyó.